12ºC, Ojén. He dejado atrás unas colinas de penacho blanco para encontrar un cielo gris de terciopelo y nubes. El ingenio del hombre me elevó a 12.000 metros de altura, corrí en el interior de su panza a más de 800 kilómetros por hora, desafié el frío externo de - 60ºc, y en apenas 70 minutos había recorrido la península de norte a sur (1.000 kilómetros), me había leído 3/4 partes del libro Los Hermanos Rico de George Simenon y estaba de regreso en tierra andaluza. Hagan una comparativa: en avión se tarda 1 hora y 20 minutos, en coche entre 9 y 12 horas (depende de las paradas, del tráfico, del carnet por puntos, de la Benemérita, y de los profundo que se pise el acelerador), en autobús el viaje se realiza entre las 12 y las 14 horas y por último la joya de la corona, el tren Estrella-Picasso, 17 horas de trac-trac-trac contínuo (como no te guste la lectura, los paisajes fantasmas en la noche peninsular o tengas el sueño pesado... Os deseo buen viaje)... Tantas formas de tender puentes, de desplazarse... Ayer comí purrusalda en Barakaldo y cené carpaccio de ternera en Ojén. Antonia esperaba.
4 comentarios:
Es bueno encontrar otro lector de Georges Simenon y me gusta la manera en que nos relatas tu vuelo. En los años sesenta viajaba varias veces en tren de Barcelona a Algeciras, tercera clase. Duró 36 horas si no me equivoco y de precio barato y de comida amplia porque los viajeros compartimos lo que llevábamos. Son recuerdos hermosos de una España que todavía existe pero un poco menos visible, presente que antes. No digo que todo era mejor antes; algunas cosas no más. (O muchas?) Saludos desde Ámsterdam de un holandés a quien le encanta el mundo latino
Bienvenido Giovanni!!
Cierto es que una de las estampas que viven en la memoria colectiva es la de partir el pan con los compañeros de aquellos viajes de incierto final. Largos, pesados, calurosos. Bocadillos, tarteras repletas de alimento de la huerta, botas de vino... Lo he visto. En fotografías. En películas. Y un par de coletazos de aquel tiempo con un Estrella Picasso cargado de quintos que iban o venían de la base de Rota para hacer la "mili".
Amsterdam. Cálida ciudad. Mucho más que canales, diamantes, barrios rojos, bicicletas y Van Gogh... Sí, cálida ciudad. Buenos recuerdos.
El penacho blanco se pondrá mañana
o pasado mañana por lo menos en Juanar.Aquí agua-nieve.A todos los niños y hasta jóvenes de 18 años se les van los ojos hacia la ventana esperando que "cuaje" mientras una profesora les cuenta "no sé que cosas" relacionadas con la escritura.
En Barakaldo un prejubileta observa por la ventana mirando si es nieve o granizo.Cierra bien las ventanas.Controla los radiadores.
5ºC. en la calle 19,6º en casa.
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