martes, 24 de abril de 2007

ESTAMPA DE SOLES

Alcanza Ojén con el sol todo su esplendor de presente andaluz y pasado moruno. Un sol que cae a pico sobre las calles y que bate en duelo a las sombras y a las luces. Recorta así las terrazas y las esquinas esconden sin pudor alguno la sombra refrescante. Los hombres anidan bajo los árboles y los pájaros vuelan y vuelan y pían. Así, las paredes encaladas de las casas reverberan y forman esa pátina, esa piel gruesa de ondulaciones caloríficas que hace que todo parezca un espejismo. El hombre sentado, se mueve en el banco para conseguir refugio de sombras y hoy no llevaba el fino jersey de punto. Cruzo la mirada con dos mujeres que subren por el paseo del Castillo. Cuestita pura. Suben despaciosamente, un pie tras otro, con la mirada en el suelo la una, con la mirada al final de la calle la otra. No se paran, sólo suben despaciosamente. Pienso en el verano y que hoy no aprieta aún el calor soporífero, 20ºc de temperatura. Me refresco el gaznate con el botijo que mantiene el agua viva y al punto. Uno, dos, tres, cuatro tragos largos. Respiro hondamente y olvido los ruidos de las excavadoras. Hoy hace un buen día en Ojén, límpido.

1 comentario:

Anónimo dijo...

PRECIOSO.