JUANA Y BENJA PASEAN

Benja pasea. Sale por la calle Rosal, desciende por el paseo del Castillo, cruza la calle Carretera, baja por Junquillo (arrancaburras) y llega a la plaza de Andalucía. Compra pan. Compra peiródico. Se toma un café (quizá en el bar Al Norte) y se fuma un cigarro. Después, con los recados hechos y el cuerpo templado realiza el camino inverso. Al inicio de la calle Rosal se sienta en el poyete de piedra que hay en el depósito de agua. Se fuma un cigarro, contempla el mar, no se pone las gafas y hace que lee un tanto el periódico. Nos espera. Le recogemos y ponemos camino a Marbella.
Juana se pone deportiva. Le pide prestado a Antonia un polar de color crema. Se coloca el pantalón corto y las gafas de sol. Quizá una chamarra ligera sobre los hombros. Pasea en dirección contraria a Benja. Ella asciende hacie la Hostería de Don José y por el camino del nacimiento hasta las últimas calles y primeras pistas de El Cerezal. En sus inmediaciones rescata un cigarro y se lo fuma pensando en las plantas que ve, en los grados que hará, en qué será aquello que se ve allí. No va mucho más lejos. Desciende, quizá por un camino nuevo, quizá por unas escaleras, quizá por la misma primera ruta.
Juana, Benja, Antonia e Israel nos reunimos y montados en la furgoneta... Nos abandonamos a las estelas del Mediterráneo...