viernes, 18 de mayo de 2007

AGUA DE LIMONERO

Perfumada de limones. Tapizada de piel verde y amarilla, fresca. Así se ve la la pared de la iglesia de la Encarnación. Los mayores se sientan a su sombra recostados en los bancos de hierro negro y se trasladan de uno a otro según el sol se va comiendo porciones de terremo. Se sientan con sus gorras, con sus ropas sencillas, con la charla animada. Observan la vida pasar y ven a los forasteros con curiosidad y sin animadversión. Les envuelve el aroma amarillo. Uno de ellos se levanta, se acerca a la pared, toma dos hojas del limonero, las arranca con suavidad, y con ellas se frota las manos, en un remedo de ablución natural. Tira las dos hojas a la papelera y se lleva las manos a la nariz, aspira profundamente, sonríe y se vuelve a sentar junto con sus compañeros. Sigue la charla... Y así hasta que la naturaleza dicte la hora de comer.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Uno de mis favoritos.

Anónimo dijo...

Gero arte: hasta luego.Un hasta luego que implica que enseguidita estamos en contacto.besitos.Gero arte.
Nuria: te lo pongo difícil:
A LA ARBOLEDA A COMER ALUBIAS.

Anónimo dijo...

Mushas Grasias, Juana.
Ya me apuntaria yo, a lo de las alubias. Pero sin pasarse, como hize yo la vez que estuve alli, con Isra, sus papas, Antonia, Maria la Ojeneta, mis niñas y yo. Me comi tres platos y estuve digeriendo dos dias seguidos, a base de sal de fruta. Aun asi, repetiria.
Salud y Gero Arte (si me lo permites).

Anónimo dijo...

Eso esta hecho, invito yo!!!!! Pero habra que esperar un tiempo que ahora empieza el calor y no pega darse un atracon de alubias.
Besitos