viernes, 15 de junio de 2007

ON THE ROAD...

Templado, suave, muy intenso. Bajo las dos ventanillas del coche, echo la cabeza hacia atrás, aspiro profundamente. Allí está esa mezcla de aromas, el pinar arrebatado y el mar enardecido por el poniente. Veía borregos blancos pespunteados en el mar, pequeñas nubes coronando las series de olas... Y el olor a marisma (que dice Antonia) picante, algo podrido y ajeno a la tierra, atávico, primitivo en su naturaleza... Se mezcla todo con la brisa de trigales y tierra cálida que acoge el suave rocío traído en la noche... Esa mixtura, justo cuando dejo atrás la mina y cruzo el cartel anunciador de Ojén, me evoca los campings que me ofrecieron Benja y Juana durante tantos años hace tantos años... Mi infancia lejos del Mediterráneo en el que ahora vivo... Aspiro profundamente. Y cerraría aún los ojos si no comprometiera mi conducción... Justo antes de dejar la autovía el aroma se va y no regresa hasta terciadas las curvas que comunican con la villa... En el camino veo dos caballos grises que miran pasar las luces... y aquellos guiños de las casas sobre las barrancas... Los naranjos y limoneros, algunos olivos, quizá algún acebuche (como el de Camilleri y su Montalbano)... Ya veo Ojén, allá al fondo, con esa iluminación tenue... LLego a esta casa... Hoy con cena en el Fogón, quizá. Porque nos apetece...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Isra:Para ti el Mediterráneo siempre había sido evocador y atractivo sin apenas conocerlo.
Hoy me ha encantado eso del intercambio de sonidos de olas mediterráneas-cantabricas.Las de aquí se oían má estruendosas,majo,
que lo sepas, que somos de Bilbao.
Cancioncilla.
Que no somos de aquí
que somos de Bilbao
y por eso llevamos
txapela a medio lao (bis)
Cántasela a Antonia pero a ver cómo..

Anónimo dijo...

Me acabo de fijar en la cifra de cinco dígitos de las visitas.
Los que tienen miedo a escribir
¡ánimo!
Un recuerdo a Mentes Sueltas.