PASEO EN TELEGRAMA

Calle Rosal. Stop. Bordeamos la Hostería de Don José. Stop. Ascendemos por el Paseo del Nacimiento. Stop. Paramos. Stop. Tomamos algunas fotografías. Stop. Charlamos. Stop. Hace una mañana luminosa, de sol pleno, cielo azul. Stop. La templanza del ambiente nos despeja. Stop. Contemplamos las casas, las terrazas, las nuevas cosntrucciones. Los bancales ya inexistentes. Stop. Seguimos y burlamos a dos perros guardianes, grandes, landran, negro y crema. Stop. Pasan de largo. Stop. Corre poca agua desde el nacimiento, algo más que un hilillo que impide que el cauce se seque. Stop. Continuamos. Stop. Cruzamos el camino que se bifurca. Stop. Dos senderos en uno, partidos por dos árboles. Stop. Parece que paseamos por latitudes más septentrionales. Stop. Más guardianes, color rojo, enseña los dientes, la cadena, muy larga, le deja a escaso un metro de Antonia. Stop. Sonreíamos nerviosos y caminamos hacia adelante. Stop. Vemos las casas, las mansiones, las humildes, nos llega el eco de voces, hombres y mujeres se afanan en el campo en esta mañana de domingo. Stop. Fresco en la sombra. Stop. Descendemos por el pedregal que poco a poco nos conduce hasta Villa Loli. Stop. Antes de enfilar la carreteras vemos construcciones primitivas horadadas en la roca. Stop. Quizá para guardar los animales. Stop. Desde quí, comienza otra mañana de tapas, aperitivos, amigos, cine y café. STOP.