martes, 6 de noviembre de 2007

A MEDIO HACER

Todo se para. Placidez. Apenas una hora el aire fresco recorre solitario y en silencio los rincones de las calle ojenetas. Sobre las dos de la tarde la luz entra en las casas y cuaja y templa el ambiente, un tanto ramblón, del otoño. Tonifica y se endulza el aire con aroma de pucheros y sopas. Todo se para. Y sólo algún saludo más alto, -Adió, -Adió, o alguna moto que pasa por la calle Rafael Alberti. Poco más. Es un instante congelado, como si el día mismo se tomara un respiro. Quietud y armonía, los ecos de un informativo de radio lejanos, apagados, sordos. El sol quieto, realiza paradas técnicas, consuela sus oblicuos engranajes, se engrasa a quí y allá y provoca una luz perezosa y descuidada, sin rotundidad, sólo como si cayera. Disfruto de ese breve lapso de tiempo, una hora apenas. Repiqueteos de algún cacharro de cocina, sonidos familiares, atemporales. Uno o dos ladridos, lejos. Todo son pinceladas en esa hora en la que el mundo, Ojén, yo mismo, parece que estamos a medio hacer.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de que el sol,quieto, reliza paradas técnicas ...No se de donde puedes sacar esa forma de contarlo.La pera,vamos.

Anónimo dijo...

supongo, que´stara nublao.
A mi, me a pasao a veses...

Anónimo dijo...

Amiguitas:
¿os acordáis de ese puchero gigante que nos tomamos un día 1 de Enero? Cargando con la olla pa'rriba y olla pa'bajo.
jajajajaja!!!!

bezos