Bitácora y cuaderno de viaje y andanzas. La vivencia de Ojén y Marbella, atalayas sobre el Mediterráneo. Punto de encuentro y foro común para los amig@s que en la vida tenemos.
jueves, 6 de diciembre de 2007
ATRACO EN LA GASOLINERA
Nueve de la noche. Hace fresco en Ojén. Daniel se resguarda en el cuartito de la gasolinera. Lleva su uniforme oficial y la cartera de cuero colgada del hombro. Espera clientela. Daniel es una de las dos personas que trabajan en la gasolinera de Ojén, lugar de paso obligado para entrar a la villa, ha pasado un día tranquilo. De pronto, un hombre con un pasamontañas negro irrumpe en el cuartito. Daniel sujeta la cartera. No tiene intención de resistirse, pero el temor natural le paraliza. El atracador no atiende a razones y, nervioso, sac aun pistola del bolsillo. Apunta al aire, amenaza y con ella golpea a Daniel en la cara, le roza con el cañón y le golpea el omoplato con la culata. El atracador sale del cuartito y observo cómo un cliente se le acerca, eleva la pistola al iare y descerraja un tiro a la nada. Corre, corre, corre hasta la primera curva donde le espera unb coche y un cómplice hutyen. La Guardia Civil, avisada, no puede hacer nada. Esta mañana Daniel aún tenía la cara enrojecida y una herida sobre su labio, hablaba con cierta tranquilidad y contaba su historia a los vecinos que por allí pasamos. Susto. Ojén tampoco se libra de la maldad. Vaya aquí la solidaridad de los lectores de Las Estaciones y Los Días.
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3 comentarios:
Etorri-ona a EL HOMBRE QUE CAMINA SOLO.¿tortillita de camarones,eh?
Agur, guapos.
Bueno, pudo haber sido peor. Ahora solo es una anécdota.
Saludos.
Este tipo de actos con tal violencia es la primera vez que ocurre en este apacible pueblo como es Ojén. Los cacos están en todos lados, pero usar la violencia mediante armas de fuego para robar, eso ya es otra historia. Por la cercanía que lo he vivido aún me parece como un sueño, es más, desearía que así fuese, pero la realidad es que ha sido real. Quisiera que sólo fuese un paréntesis en la tranquilidad del pueblo y que esta mala gente con tanta maldad y sin ganas de ganarse la vida honradamente trabajando, como todo ciudadano de bién, desaparezca de nuestro entorno y podamos vivir y trabajar, al menos en paz y con tranquilidad. Un saludo. Bg.
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