LUCES DE NAVIDAD

Mi vecino Fernando ha arrojado una cascada de luz sobre la empobrecida iluminación de la Calle Rosal. Mientras el Ojén oficial se viste de pascueros y modernos leds, de dorados árboles de pita, de decoración contenida... los papanoeles escalan en solitario, en dúos o en tríos las fachadas de balcones y terrazas, despliegan los reyesmagos sus escalinatas hacia las ventanas, parpadean de manera constante, con nocturnidad y alevosía, los pilotitos rojos, verdes, azules enmarcando las jambas de las puertas. Iluminación incontenible. Mi vecino Fernando, al que aprecio, colocó hace varias noches una cascada de luces doradas desde su terraza. Sonreí cuando las vi por primera vez e intuyo que, después de reyes, las echaré de menos cuando no estén. Son las cosas de la navidad.