Una barahúnda de niños se arremolinan junto a sus ventanales, cuadrados, pequeños, surtidos... Llegan en alboroto, como un sólo ser, compacto, de mil brazos y piernas y voces chillonas y griteríos... Y tal como llegan se van, entre el barullo alborozado y el ris-ris-cris de las bolsitas de plástico. El kiosko se encuentra al abrigo de las cuevas, de ese fragmento de roca hueca que encarrilla la calle carretera... Si la memoria no me falla antes asomaba en su portalón el nombre de Kiosko Lucía, ahora creo se ve solamente azul. Lo regenta una niña rubísima de ojos azules que despacha al voleo las pipas, los caramelos, las bolsitas de chuches selectas, patatas fritas, kikos (pepes o maíces), chupachuses y toda esa parafernalia del domingo tarde... Todos los lugares poseen un Kiosko Lucía... En nuestro barrio dd San Vicente en Barakaldo fue la Tienda de Ainhoa, la Tienda Azul, fue Reuni, pero sobre todo, y en los veranos de bicicletas florecidas, fue la tienda de Viejica... Creo que no tenía nombre como tal y así aplicamos ese nombre absurdo de Viejica por la serie del momento, "Se ha escrito un crimen", donde la protagonistas se llamaba Jessica Fletcher... Cosas de niños que en aquel entonces nos parecieron muy divertidas y vistas con al perspectiva de la edad... Bueno... ¡Jaja!
Por cierto que Viejica tenía una marido que era un remedo de Clint Eastwood, clavadito...
6 comentarios:
je, je esa era la de "dame un flash de chorizo" ¿no?...
en lutxana era la cotrino y en gorliz la sabina.
De verdad..., pues yo siempre he ido al carrillo de Pepa (en la Plaza Santo Cristo) ó al de Antonia (enfrente del colegio Gil Muñiz).
" ¡MAAAAAAA!!!! VOY A COMPRÁ PIPAA AL CARRILLO PEPAAA."
"ANTONIAAAA, PIPA NOOO, QUE DEPUÉ ESTOY RECOGIENDO CASCARITAAA UNA SEMANA!"
bezos
Lo he comprobado esta mañana, en efecto, es Kiosco Lucía.
Qué buenas las tiendas de chuches de los barrios, donde nos gastábamos toda la paga del fin de semana en Risibol de 6, "minivanes" de chorizo (jajaj, qué buneo, David), boliches de 5, regalinas, bumar flash de todos los sabores, piepas a kilos, jamones (o nubes)... Y así hasta el infinito... Jajajaja!! Qué magnífico el diálogo de Antonia con su madre... Jajaja!!
Observad a los niños en acción cuando compran.Los errores aritméticos que cometen en la escuela al hacer las operaciones no los cometen en el kiosko,no.
Para ellos la unidad no es el euro sino el céntimo.Jamas dirán 0,5 ni 0,20 ni 0,50 ni veinte céntimos.Ellos dicen 20 de tal 5 de cual y apuran al máximo.habrá que enseñar matemáticas en las tiendas de chuches.Lo que hace la motivación....gero arte.
Cuando yo era pequeño recuerdo que en Ojén había dos kioskos, ambos en el Paseo de Ojén, uno en cada esquina de la Iglesia. En los primeros años de mi infancia nuestras "chuches" eran muy distintas a las de ahora, entonces también teníamos que andar con céntimos de peseta, o sea "las gordas" (cada gorda era diez céntimos de peseta). También estaban los "dos reales" (la mitad de una peseta). Eran otros tiempos. Bg.
Bgs parece que eres de mi quinta ¿Os acordàis de las monedas de 2,50 pts? Las de dos reales tenían un agujero en medio que los chulitos colocaban, a modo de tope, en la cuerda con que se bailaba la trompa (peonza) y algunos horteras tachonaban con ellas los cinturonesy y yo, pobre de mí, pensaba que tenían un valor inmenso. No empleaba las matemáticas.
Mis chuches preferidas eran las "pastillas de goma" de fresa (las de menta picaban un montón), los regalices (como el queso, de cualquier clase) a veces con "refresco" que eran unos sobres de polvos donde una vez bien chupados (los regalices) los untábamos , los pepinillos y cebolletas y un chicle de marca "Gallina Blanca" con sabor a Tutti fruti qu tenía un envoltorio precioso.También estaba el chicle MAY, que te tocaba casi siempre premio y te daban otro.
Lo dejo, que parezco la abuela cebolleta... ¡Qué bueno! Otro día nos dedicaremos a los TBOs
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