Asoma un rumor de verano por las esquinas... Sutil e inquieto el mercurio en los termómetros... Esa pereza lenta de los calores... La reverberación aguada de los asfaltos... La cuarteada tierra seca de los bancales... El aire pesado y espeso del mediodía... El bochorno húmedo agazapado en los valles... Se conforma así un mapa de calores, un puzzle de veranos inquietos, una taracea inmensa de neblinas y sofocos y calimas... Busca esa mujer enlutada la sombra protectora de los alares, se protege con el arma de un periódico de los soles presurosos... Los perros se esconden bajo los bancos de verde metal y aquel jubilado apura hasta la extenuación una cerveza sin alcohol...
Sólo se anuncia el verano, sólo asoma, y ya estamos esperando su dentellada soporífera que todo lo sumergirá en desidia plúmbea, en abulia somnolienta, en su morosa desgana...
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