POEMAS Y OLLAS

Retrato cotidiano.
Escucho la Cadena SER, La Ventana, hablan los tertulianos sudamericanos de las vicisitudes de su continente azotado por las amarguras de sus historias recientes, de las alegrías de las nuevas democracias, de los cotilleos transfronterizos... En Argentina, en Perú, en Barcelona, en Madrid en París... Escucho y sonrío... Mientras, me he colocado un mandil que fue blanco, de esos que se atan por atrás con una vuelta y que luce en el pecho Eusko Label, Euskal Okela... Parezco recién materializado desde una sociedad tolosarra o un txoko vizcaíno, aunque el menú es algo más prosaico e infinitamente más ligero.... He picado y lavado unas vainas, judías verdes, habichuelas verdes, y unas cuantas zanahorias, todas ellas del campo de Antonio... Las he colocado en el interior de un perol enorme y las he aderezado con algo de sal y un chorreón de aceite... Ya están aldente... Mientras se cocinaban con un ligero ...chup-chup-chup... he pelado media docena de calabacines hermosos, también de la huerta de Antonio, los he troceado en tacos y los he sumergido en agua tibia que he ido calentando poco a poco... Pizca de sal y un nuevo chorreón de aceite... Mas tarde los pasaré por la minipimer y espolvorearé la crema con un poco d epimienta negra... Tengo esperando dos muslos de pollo con su contra... Los haré al estilo Juana... Fuego fuerte hasta dorar acompañados de un par de ajos sin pelar, una vez dorados, bajar la temperatura al mínimo, tapar y dejar que se asen en su jugo poco a poco, poco a poco... Punto, sin más misterio...
Los aromas escapan por los veluxes y los pájaros se los llevan con su canto... La emulsión culinaria, la mixtura, el cóctel de ingredientes sencillos, la cocción lenta, los sonidos de las ollas... Todo compone un puzzle de texturas que cristaliza en algo distinto que la suma de sus componentes... Hoy la poesía no se escribe con palabras, sino con la seducción del quehacer cotidiano...