BODAS IRLANDESAS EN OJÉN

El sábado eran elegantes y rubicundos. Enfundados en su trajes elegantes ellos, embutidas en sus apretados vestidos ellas.... Aferrados todos a sus pintas de cerveza. Rubiáceos desgarbados de voces tronantes y acento más celta que mediterráneo. Y las mesas de la Villa que miran sin disimulo a las hordas vocingleras, a los escotes pronunciados, a la elegancia de salón... Ni un rostro conocido. Pregunto y me cuentan: - Son irlandeses-, - Pero, no son de aquí-, - No, les gustó el pueblo, les gustó la iglesia y han venido a casarse. Fotos variadas, novia de blanco roto, novio de oscuro... Una anécdota en la tarde del sábado.

La mañana del domingo, pisando estas calles nuevamente, encontré los restos de la fiesta en forma de shorts y sandalias con calcetines y la sempiterna pinta de cerveza en la mano. Sentados a corro, con las gafas de sol colocadas sobre la mirada, rosáceos los cuerpos, revelaban una imagen más apacible, más callada, menos turbadora... Frente al Restaurante El Castillo descubro la parada de un coche, de él desciende una joven con un vestido de novia en la mano, así mismo desciende un joven vestido de sport, ambos sonríen y desciende calle Junquillo abajo... les sigo.. y compruebo que son los novios del sábado... Más abajo, en el interior de la casa de ventanas azul turquesa, escucho risas y acentos norteños. Sonrío. ¿Dónde habrán pasado la noche de bodas?


NOTA AÑADIDA 40 DÍAS MÁS TARDE: Buceando en las procelosas aguas de internet me encuentro con esta misma boda en otro contexto, en otras páginas, con todos los protagonistas y, por supuesto, los nombres de los novios. Ahora dí puedo decir ¡Enhorabuena Denise y Charlie!