miércoles, 18 de junio de 2008

ESE MOMENTO DE LA MAÑANA

Quizá lo mejor del verano sea el rastro de la noche en la mañana. Ese momento de claridad que aún mantiene fresca la tierra, ese leve aroma de humedad que asciende con las primeras luces. La ventana abierta, el cielo aún pintado de morados y la brisa que tiembla todavía en el final de la noche. Explotan los olores de las plantas, rejuvenecidas en la llegada del sol y rozagantes por el brío del rocío. Es una mezcla de aromas, un laberinto de trigos amarilleados, de tomillos que respiran, re romeros vencidos por la noche. Todo es un instante que se desvanece cuando el sol despunta definitivamente tras la montaña, un momento leve que se evapora y no se repetirá hasta el día siguiente. Mientras, cada mañana, lo disfruto. Y no me canso de aspirar las fragancias que anuncian la entrada de un nuevo día.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Me llegan hasta aquí esos efluvios.

Anónimo dijo...

Israel:en alguna ocasión los comentaristas de tu blog te han sugerido escribir un libro con el contenido de éste.Yo también te lo sugiero porque es una joyita.Un abrazo.Es la primera vez que voy a escribir con mi nombre.

Anónimo dijo...

Lo veo, lo siento,lo huelo.Tu prosa es pura poesía.Gracias,Israel por despertar mis sentidos en este mundo de embotamiento.Un abrazo.

Anónimo dijo...

¡Qué calorcito hace hoy en Barakaldo!.Ahora mismo 26,3º.Gero arte.