LA EUROCOPA EN OJÉN, Y EN LOS MÍNIMOS RINCONES

Estampidos de fiesta en las calles. Parranda futbolera. Fiesta orgiástica. -¡Alemán el que no pite!, - ¡¡Alemán el que no pite!! gritaba un coro de voces infantiles en un iluminadísimo Recreo de Maruja. Pitidos, claxon, cohetes... -Campeoooones, campeooooones, oe, oe, oe, oe... Ayer noche no hubo crisis. Sin complejos cainitas, la devoción por la selección se vive en el sur sin complejos, sin declaraciones políticas cargadas de rabieta infantil, sin enconos ni maldiciones entre dientes. Ayer, aquí, se gritó en coro y la fiesta se prolongó hasta altas horas de la madrugada. Bullicio tremendo a deshoras y pasiones desatadas. Habrá personas que ayer creyeron que hoy su vida iba a ser mejor, hasta que ha sonado el despertador esta mañana. Es la ilusión de los triunfos deportivos colectivos, al final los encuentros futbolísticos tienen algo de casus belli, de ese perfume de batallas antiguas, de los honores mancillados, de los orgullos vencidos. Los himnos, las banmderas, los estandartes, los capitanes de la centuria, los arietes, los muros de contención... Tiene el lenguaje del deporte el aroma de la épica y sus protagonistas el aura mítica de hombres deificados. Habemus Eurocopa hasta el fin de los días y los no futboleros (que, pese a ello, hemos seguido la Eurocopa con fruición) agotaremos nuestras naves de ferviente hinchada muy pronto. El resto, los devotos y apasionados forjarán su casa hasta el mundial y, después del mundial, hasta la próxima Eurocopa y ahí se acabará el sño o empezará uno nuevo.

Sólo una nota al margen: A veces pienso que si esta sociedad aplicara sólo un 5% de la energía desatada en estas competiciones futbolísticas en mejorar la sociedad que les rodea, todos, futboleros y no, seríamos mejores. Sólo el 5% de esta energía en denunciar el maltrato machista, por ejemplo. Sólo el 5%. Quizá esta nota contenga también un 5% de demagogia, pero no podía dejar de decirlo.