Ya no es el poético soberbio mercurio del tiempo estival, sino el calor asfixiante extraído de una fragua. Alienta con su aliento hirviente el horizonte próximo y el cercano en un juego de sopores exagerados. Corre el sudor por la frente, la perla de cristales, como una playa burbujeante. Una nueva piel cubre la dermis, creando una fina película de agua que recorre todos los recovecos del cuerpo. Se hace pesado el respirar, más denso, casi sólido el aire que entra hasta los pulmones. Son las seis de la tarde, el termómetro marca 37'4ºC. El calor se escapa por los poros. Los pájaros buscan la sombra. Bebo agua y escucho canciones viejas de Billie Holliday...
2 comentarios:
El botijo ya resulta insuficiente¿eh,Isra?
Pues aquí en Barakaldo ha llovido un poco y en este momento la temperatura es de 21,5º(no es por dar envidia).Un abrazo.Pasadnos unos graditos.Gero arte.
Publicar un comentario