Bitácora y cuaderno de viaje y andanzas. La vivencia de Ojén y Marbella, atalayas sobre el Mediterráneo. Punto de encuentro y foro común para los amig@s que en la vida tenemos.
lunes, 11 de agosto de 2008
LOS ECOS DEL CANTE
Resuenan aún los ecos del cante en los rincones de las calles ojenetas, ese aire de fandango propio, de seguiriya sutil, de bulería jaleosa y jaranera... Había voceríos de expectación en el aliento previo a la primera de las actuaciones, un runrún de palabras dichas a media voz, un murmullo de bisbiseos, después, el silencio sepulcral. El rasgueo de la guitarra marca el tempo y la voz de Paco Ocón vibra en la fresca noche ojeneta... Provienen de su cante ecos antiguos modelados por el Mediterráneo, hechos desde el barro primigemio de la mezcla de culturas, tiemblan en el aire los lamentos del magreb, la dulzura fenicia, el tañido turco, la inspiración de los cárpatos rumanos... Todo resumido en un quejido único y poderoso, alimentado desde su propia idiosincrasia, pintado por las voces anónimas de las tabernas, nutrido por vapores etílicos, apego a la tierra, noches profundas, lamentos eternos, alegrías desbordantes... Y allí había varios centenares de almas encogidas, expectantes y silenciosas, respetuosas para el olé y el bravo, aplaudidoras en el tiempo justo... Resuenan aún los ecos del cante en los rincones de las calles ojenetas, permanecen palpitando bajo la tierra que les alimenta, beben de ella, duermen, esperan a oir una nueva voz en la que colarse...
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2 comentarios:
JO, a mí no me llevais.Yo no he visto nunca éo.Gero arte.
Según lo cuentas suena a mágico una noche así.Besos,isra.
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