miércoles, 1 de octubre de 2008

EL ABRAZO

Azul nacarado el cielo. Como vino se fue el otoño, con su parranda de truenos, sus jolgorios de relámpagos, sus fiestas de lluvias y sus inicuas nubes en lo alto. El sol llegó más tímido ayer, pidiendo permiso para entrar entre las fragorosas alertas naranjas, las alarmas científicas, y el resabio del vulgo. Atraviesa la dermis y la epidermis, llega hasta las carnes destempladas y las templa con paciencia y sabiduría, como la masa de un pan de leña, como un horno delicado. Se recomponen los huesos y las articulaciones en los lugares propicios y una sensación de tibia complacencia recorre la columna. El ser humano siempre en contra de sus afanes. Cuando llueve suplica sol y cuando el calor corta el aliento implora lluvia. El otoño vive sus desvelos con parsimonia, forma parte de su naturaleza cambiante ofrecer hoy agua y mañana vino, es uno de sus encantos, el abrazo de sus incertidumbres. Hoy, pese al sol, cuando he salido de casa he cerrado todoas las persianas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Qué fundamenteo tenéis ahí,pues, con el otoño? aparece,amaga,desaparece,viene el verano...A ver..¿en que quedamos?
Bezos.Gero arte.

Anónimo dijo...

Me pongo a nadar en el cielo azul nacarado y quiero vivir mis desvelos con parsimonia como el otoño.Un abrazo,Israel
Elba

Anónimo dijo...

Yo también te sigo masho,pero me acojonas un poco.Soy hombre de pocas palabras sin un par de cañas y he sido varios anónimos y ahora soy Raúl y nos conocemos deessdeee críos y nacimos casi a la vez.¿más pistas?

Anónimo dijo...

Con el calor pasa igual que con el pelo.Si lo tienes liso lo quieres rizado y es moreno rubio...en fin, pura contradición.Besis