viernes, 24 de octubre de 2008

MI PAISAJE ÚNICO

Abro la ventana, café caliente en la mano, menos cerrero que hace unos meses. Aspiro esa vaharada de otoño que inunda primero mis pulmones, después mi espíritu y que permite recomponer el puzzle de mi tierra con las piezas que el sur me ofrece. Observo así las brumas sobre el Cerro Nicolás, y el cielo grisáceo componiendo sus imágenes plomizas. Siento mi piel conmoverse ante el fresco de la mañana y descubro el aroma de la tierra húmeda asentándose en mis pulmones. Superpongo este paisaje sureño y serrano con otros norteños y montañosos. El Pantano de El Regato en aquellas mañana en las que aparecía cubierto por la bruma, como un boceto fantasmal de los cuentos de Poe. O la superficie lunar del Mendíbil cuando el rocío de la mañana impregnaba nuestras botas. También la vaharada profunda del barrio de San Vicente cuendo los plátanos y los castaños de indias huelen dulce cuando llueve. O la playa de La Arena, en aquel otoño de fotografías antiguas, mientras el mar bramaba con sus espumas blancas. Hoy aquí, a mil kilómetros superpongo los dos paisajes y presiento el Cerro Ojenete presidiendo los quehaceres de la Villa, la niebla descendiendo por el sinuoso trazado de Los Caracolillos, el reverdecimiento de los bancales de limones y naranjos, la oscuridad de la tierra mojada por la lluvia de la noche. Sitúo un paisaje sobre otro, en un juego de espejos y simetrías, y al final dibujo esos puntos en común tejiendo una red de paralelismos y símiles que conforman mi paisaje único.



NOTA Clip de Kepa Junkera. Se titula Hiri, que en euskera significa Ciudad y es un viaje en tren por diferentes urbes del mundo... Todo está conectado de algún modo.

6 comentarios:

david dijo...

un día habría que subir en el funicular de la arboleda, y bajar andando hasta el regato. recuerdo un día bañándonos en el río... no sé si ahora recordaría el camino, pero me gustaría.

Israel Olivera dijo...

Se llegaba hasta el cementerio, en la parte superior del pueblo minero de La Arboleda, y desde allí un sendero descendía hasta el pantano viejo de El Regato... Se pasaba, en su tramo final por la llamada Cueva del Elefante... Ahora ya no sé en qué sityuación estará todo eso...

Jmdeum dijo...

Tu post es una demostración contundente de que somos paisaje. Estamos hechos de Naturaleza y por eso cuanto más en contacto con ella estemos más enriquecidos saldremos. Y además no somos sólo "de una tierra": las tierras - las vivencias guardadas de ellas - se superponen, como tú bien dices, y nos van moldeando. Cuando miramos o respiramos u olemos un paisaje, estamos mirando y reviviendo todos los paisajes que guardamos en la piel. Una taza mañanera de café frente a un cielo oscuro nos hará recordar otros paisajes a miles de kilómetros.
Saludos desde aquí al lado (Marbella)

Anónimo dijo...

La fusión parece estar de moda y efecivamente con la naturaleza se consigue,pero,Isra,rezumas mucha ¿digamos nostalgia? de tu tierra.Lógico ¿eh?.Un abrazo de ALGUIEN QUE TE QUIERE.

Israel Olivera dijo...

Anónimo:
Ayer, hablando con un buen compañero del Club de Lectura, recordé algunas cosas... No es exactamente nostalgia, me gusta vivir el momento, el ahora, sino la perspectiva de comprobar que dentro de la vida de uno hay muchos mundos y personas y que hay que disfrutar de todos ellos porque es la suma lo que hace único el paisaje. La nostalgia resta porque creo, no te permite disfrutar de lo que tienes en el presente. Echo de menos a mis gentes, sí, claro, pero intento integrarlas en mi vida en Ojén con la mayor naturalidad posible... Todos tienen, tenéis, las puertas abiertas...

El Profe:
La patria de uno creo que se encuentra donde están sus querencias y estas pueden estar repartidas aquí y acullá... El paisaje íntimo no tiene banderas...

Anónimo dijo...

Por fin me atrevo,no voy a ser egoista y voy a escribirte algo, siempre pasaba por tu blog,leia tus pinceladas de la vida, las degustaba y luego me marchaba sin decirte nada, sigue escribiendo Israel pues tienes una forma muy particular de describir momentos y situaciones cotidianas dificil de igualar.

Saludos

Antonio.

P.D.
Para ANONIMO:

No creo que Israle sea una persona nostalgica, mas bien locuaz, alegre,sin prejuicios, pero si es verdad que quiere mucho a su tierra, como cualquier hijo de vecino ¿ NO ?