LLEGA EL TIEMPO DE LOS ABRIGOS

Ya vivo entre las brumas, como un abrigo algodonoso que me protegiera de las inclemencias de los veranos agostados. Revivo así los pálpitos de mi tierra norteña en este corazón serrano. Llueve y llueve bien, con esa voluntad antigua que reconocen los hombres de campo, con el agradecimiento de humedecer la tierra sedienta. Llueve. O lluevo, como decía el cuento. De pronto se nos ha echado el invierno encima, con ese manto propio para ser cubierto con chimeneas y despejarlo a golpe de brasero. Humean las chimeneas sobre los tejados y todo adquiere cierto pálpito de hogar. 5,1º Centígrados y niebla allende las cimas montañosas que son puerta hacia la Sierra de Las Nieves. El Mediterráneo luce un horizonte oscuro y bronco, como un mal que acechara. Llega el tiempo de los abrigos, de los abrazos al abrigo de.