LAS ÚLTIMAS COSAS

Vive Ojén entre duelos. El duelo por el padre de un amigo y el duelo por el año que se va. Más allá de estas solemnidades fúnebres bulle la villa en torno a los últimos preparativos. Las mujeres mayores, con la cara enrojecida en sus mejillas a causa del frío, corretean hacia la panadería con el monedero entre las manos y sobre el pecho, a la vez que atrapan la botonería de sus rebecas de lana para protegerse del frío. Corren en previsión del último pan del año, de la última hogaza de pan cateto que servirá para hacer las sopas de mañana que será otro año. Afanan los operarios sus últimos retoques a la carpa blanca que guarecerá a los ojenetos y ojenetas de la lluvia lacia que hoy cala sobre las calles. Sitúan los hombres sus cinturones en una agujero más allá que acá para deglutir con avidez las preceptivas doce uvas. Enloquecen los niños en estos últimos compases del año que para ellos son los primeros de todo en un afán de carreras y gritos y saltos en la plaza. Huelen los recodos en las esquinas a la comida de fuego lento, a los aromas antiguos de la fiesta familiar, a los perfumes de caldos y aves y cazas y pucheros en ebullición. Allí imagino al frente a esa mujer de bata floreada, consumida en sus zapatillas de cuadros, frotándose las manos contra el frío y alentando los calores del brasero... Todo lo que hoy hagamos será lo último que hagamos en 2008 y a partir de las 12 de la noche todo comenzará de nuevo. No esperemos gran cosa, sólo algo más de lo que nos merecemos.
Y siguiendo los rituales personales para fin de año... Escucho Like a Rollng Stone de Bob Dylan (atentos a la letra, podéis seguirla pinchando AQUÍ)...