domingo, 4 de enero de 2009

EL MIRADOR DEL CORZO

Azul. Se colaba por la ventana de la calle Rosal como una pintura brutal sobre el cielo. Ya no eran las tímidas pinceladas que habían asomado estos últimos días por la tarde, sino la pintura a brochazos de un artista expresivo y apasionado. El Cielo. Azul. Así ponemos paso sobre paso, pertrechados de mochila ligera, apenas agua, cámara de fotos y prismáticos, camino hacia Juanar. Esa capa permanente que abriga a los ojenetos de las naturaleza desatada. Y entre los verdes y marrones y azules y grises y blancos caminamos hacia el mirador de El Corzo. Lugar poco transitado, que tiene la belleza del espectáculo secreto y que abre las carnes del Mediterráneo y de la Costa del Sol a quienes se acerque a descubrirlas y observarlas. Ni una indicación, sólo trocha, sendero y camino. Vemos la lámina de agua abrumada por la neblina en el horizonte, la línea perfecta de la costa y la villa de Ojén, sumergida en un caldero de montañas verdes. Vemos las torres de los hoteles, los dientes de sierra del monterío, las antenas de telefonía móvil. Todo parece silencioso, callado, discreto. Charlamos, situamos las coordenadas de la memoria aquí y allá. Después Antonia lee. Y regresamos. El Cerro Nicolás nos sigue con la mirada en la espalda.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy encantado cuando te leo en el blog.¡Qué bien acoplados están tu mente y tu escritura!
Entre las fotos del correo y tus comentarios parece que verdaderamente estoy en Ojén y sus cercanías.Cariños para Antonia y lo mejor para los dos de vuestro aitite

Anónimo dijo...

Israel:Zorionak.Acabo de ver que hemos entrado en las 54000 visitas.
Bien para empezar el 2009.Un abrazo.

Anónimo dijo...

Enséñanos las fotitos,anda..

Israel Olivera dijo...

Tengo algunos problemas con el ordenador desde que se me quemó la fuente de alimentación... Aún blogger no me permite subir fotos. Estoy en ello.