Bitácora y cuaderno de viaje y andanzas. La vivencia de Ojén y Marbella, atalayas sobre el Mediterráneo. Punto de encuentro y foro común para los amig@s que en la vida tenemos.
jueves, 26 de febrero de 2009
MÁS LUZ
Somnoliento, con la tibieza de las sábanas aún adherida a mi piel, con la duermevela agitándose como un animal herido y con la mirada repleta de nebulosas abro la puerta de la habitación. Se escucha la respiración plácida de Antonia y la casa parece aún esperar dormida y fría el despertar de sus habitantes. La primavera se intuye en esas listas de luz que dibujan arabescos en la pared. De la negritud de hace unos días se ha pasado a los juegos de sombras chinescas, a los bosquejos de figuras sobre la mesa de la cocina, a la indefinición de islotes de luz proyectados en el suelo. Se juega un juego de adivinanzas mientras los días, cada día, se alargan un poco más. Me recoge así la placidez de una luz tenue mientras preparo un café y unas tostadas. Me siento acogido en el silencio matinal. Una silla, un café, placidez. Todos los minutos cuentan. Allí, apoyado sobre el brazo del sofá, con una taza en la mano, observo tras la ventana la definición precisa que la mañana va tomando. Lo que antes se intuía e inventaba, ahora se perfila con detalle. Lo que antes sólo era una sombra contra el cielo amoratado, es ahora el alar de un tejado. Lo que antes era un bosquejo de limonero cobra en sus tonos amarillos un hálito de vida. La mañana se despereza cada día más luminosa y yo me desperezo con ella.
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2 comentarios:
Ay! amor que bonito!
Yo me desperezo bastaaaaaaante más tarde.
bezos.
Me gustan más los efectos de la luz sobre las cosas cuando no los define que cuando los hace nítidos.Justo ese momento.Creo que ya lo hablamos en el blog alguna vez.Gero arte.
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