lunes, 13 de abril de 2009

LUNES POST SEMANASANTERO

A los sutiles aromas de la primavera, sutiles por volátiles, por delicados, por estremecedores, encomiendo mi alma en esta mañana de lunes postsemanasantero. Estos últimos días plagados de las tragedias de semana santa que se han vislumbrado con los lutos, los llantos, los silencios y los murmullos por entre las calles han colmado mi espíritu entre velas votivas y espirales de incienso. Semana santa de capirotes y tronos, de rezos, misas y lágrimas derramadas, de emociones contenidas, de perfumes eclesiales, de fervores extramuros, de visiones extáticas... Así se ha sucedido, entre las hipocresías de los muchos y el recogimiento de los pocos, entre la trascendencia de los días de pasión y los pasionales sentimientos de los que se arremolinan ante los tronos, entre la seriedad de los negros rigurosos y los modelos pret a porter del público ensimismado. Semana santa de pasión y semana santa de contradicción, con este doble juego se trazan las líneas de unos días cargados de misticismo volátil, de trascendencia mayormente superficial, de religiosidad marcada por el turismo y los días de fiesta. Así es, y es difícil negarlo cuando he comprobado mayor respeto en ojos ateos que en mantillas, tronos y damas y caballeros acompañantes. De manera inevitable vienen a la mente las palabras de Antonio Machado y de su saeta que contenía una de las críticas más feroces hacia el espectáculo semanasantero actual y que buscaba el cobijo de un sentimiento más hondo, más profundo, menos superficial, quizá más puro.

"¡Oh, la saeta, el cantar
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desenclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!
¡Cantar de la tierra mía,
que echa flores
al Jesús de la agonía,
y es la fe de mis mayores!
¡Oh, no eres tú mi cantar!
¡No puedo cantar, ni quiero
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!"

Antonio Machado, Campos de Castilla 1907 - 1917

De esta guisa me he levantado este lunes de primavera sutil. Con el corazón encogido ante los amores y el canto, discreto aún, de los pájaros sobre el alféizar de mi ventana.

5 comentarios:

antonia dijo...

Sin palabras.

bgs dijo...

Cuanta razón tienes...

juana dijo...

Yo también sin palabras.
me he puesto a cantar a grito pelado (Dirías tú:Ama,por favorrrr...) la saeta de Antonio Machado y para mi no lo he hecho del todo mal.Sigo:
¡Oh,la saeta,el cantar
al Cristo de los gitanos...


En Euskadi FIESTA.Ni os imaginais cómo estaba de gente la zona de Punta Galea.Nos hemos ido hasta Plentzia a patita.Hace un día maravilloso:20º y un sol cogido por los cuernos,dado lo que ha llovido estos días.

Me están haciendo el dúo por ahí con la saeta (hay quien canta peor que yo aunque parezca díficil).Besos a todos los blogeros.Gero arte.

César dijo...

Sé que lo que voy a escribir va a parecer una barbaridad a muchos, pero -sentimientos religiosos aparte- me gusta mucho más la Semana Santa castellana, porque me parece que tiene menos de folclore y de fenómeno turístico. El silencio de algunas procesiones me parece más auténtico. Y la dramatización de la secuencia de pasos tiene algo de auto sacramental que conmueve.

Barakaldotik dijo...

De acuerdo con César. Yopresencié una en Cartagena , que vaya bureo, daban hasta caramelos los cofrades... en fin un show.