miércoles, 27 de octubre de 2010

EL ANHELO DEL FRÍO

Anhela la tarde esa brasa de naranjos. La anhela. Y el perfume de su calor. El cielo de plomo azul, derretido, pinta los primeros despertares del frío. Lo empuja, lo esconde en las esquinas, bajo los alares. El frío se refugia todavía. Espera su momento el frío. Espera. Y, mientras, la tarde se sacude los calores del mediodía y anhela el perfume de la brasa de naranjos. En estas estamos, sin saber si ponernos un foulard o una bufanda. Es otoño en Ojén. Y es así.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues en la noche, con el relente, sí aprieta, sí.

Juana dijo...

Siento el perfume,siento la luz.
Es TOTAL lo que nos haces sentir.
Aquí hoy día genial.Una ruta xacobea desde casa a la playa y me he metido en el agua(los pies,¿eh?)
Gero arte,GUAPO.

ama dijo...

Pues ya has comprobado que el anhelo se ha hecho aquí una realidad bien pasadita por agua.
casualité:hoy no ha llovido.
Gero arte,guapos míos.