14' 7ºc, cielo azul. Siento como la humedad que calaba los huesos se evapora. Casi puedo ver las vaharadas olvidando mi cuerpo. He salido a la calle, me he sentado en el poyete del depósito de agua, he puesto el rostro al sol y he dejado que me inundara. Cierro los ojos, suspiro, presiento el mar ahí abajo.
Recuerdo que el domingo 11 de febrero tenemos rastrillo en Ojén (quizá esta tarde pueda tirar una foto al anuncioy colocarla en el blog) Promete artesanía, velas, etc... Comienza a las diez de la mañana.
Recuerdo que he de acercarme, ayer vi la indicación justo en la primera curva tras abandonar la autovía, a la Ermita del Chorro Chico. No tenía conocimiento de su existencia y me ha picado la curiosidad.
Recuerdo que el sábado, si el tiempo acompaña, sería buen momento para caminar hasta la Cruz de Juanar. Imagino que algunos de los almendros que habitan el lugar estarán ya florecidos con esta primavera extraña y pospuesta y adelantada que estamos teniendo.
Respiro hondo. Abro los ojos. Veo el mar ahí abajo.
2 comentarios:
hola!!! oye nos apuntamos al rastro y al paseo a la cruz de juanar ,si el tiempo acompaña claro. Por cierto a ver si vamos al museo del vino y provamos una copita de ojén que todavía no lo conozco.BESOS
Prontito a la mañana (7 o así) a la Cruz de Juanar.después del bocata de tortilla con pimientos.Luego al mercadillo.Plan perfecto.Me apuntooooooooo.
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