viernes, 2 de febrero de 2007

EN EL PRINCIPIO FUE JOXAN

Y en el principio el nombre fue Joxán, áspero, duro. El habla popular y castellana vieja la fue transformando desde esa forma primitiva a una más fonética. Hoxen, Oxen y, finalmente, Ojén. Así consta en los registros oficiales que delatan su pasado árabe, aunque su origen real permanezca aún escondido. La profusión de cuevas ya hablan de un posible pasado neolítico, quizá el asentamiento sea mucho más antiguo de lo que cree. Hablaríamos de una población en la que habitan muchos fantasmas, mucha historia, algún secreto y una gran pizca y poso de vivencia. Rico pasado.
El 31 de diciembre de 1568 el pueblo quedó abandonado, asolado. Ojén en aquel entonces estaba habitado por 104 personas, de las cuales cuatro eran cristianos viejos, el resto, mosriscos. Una subida de impuestos y la sublevación morisca de Istán propiciaron el abandono de la villa. Así se econtraba Ojén cuando llegó Fernando de Solís. Se reconstruyó el castillo, la iglesia y se repobló. En 1600 se aprobó el Consejo de Población. "Fueron enviados veinticuatro vecinos de los que veintiuno eran de Ronda, uno de Sevilla, uno de Madrid y uno de Ceuta; entre ellos venían un sacerdote y un sacristán. A cada uno se le daba casa y suerte: reparto proporcional entre los ciudadanos, de las tierras que componían el término. Se les autorizó a cortar madera de madroño para la construcción de viviendas. A cambio tenían que dar un impuesto en especies." (Cortesía de Pueblos de España)
En 1804 el monarca Carlos IV concede a Ojén el título de Villa.

Todo este marco histórico queda reflejado en su tradición heráldica, en su escudo. Repartidos en cuatro cuadernas en las que se aprecian la media luna que denota el innegable pasado árabe, la torre del castillo en homenaje a Fernando de Solís, la vid con la que se reprodujo el famoso aguardiente de Ojén (del que estoy ahondando más información y su relación con un cuadro de Picasso) y una cabra representativa de la fauna autóctona de la Sierra de las Nieves.


Cuando uno pasea y es consciente de por dónde lo hace, se siente también partícipe de esta Historia que, inevitablemente, es imposible nos sea ajena.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado ese paseo por la historia!!

Anónimo dijo...

Hoy me he quedado absolutamente colgada..Me quiero imaginar cómo sería Ojén o como se llamara en aquel momento en 1568 ...sin nadie, y y además hablas de Istán, que me embrujó.¿Cómo demonios llegarían los morircos hasta allí? que hasta en coche parece colgado del mundo.Voy a cerrar un rato los ojos e intentar vivir el paisaje en invierno y la situación.

Anónimo dijo...

k marinero t ha kdao eso de cuaderno de bitacora,eh?seguro k tu acuerdas de tu prima.......a mi m da = kmo se llame el pueblo,solo se k tengo ganitas d ir a visitaros,id hciendo sitio k voyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy.os kiero muxo!bsazossssssssssssss