miércoles, 25 de abril de 2007

MATINAL OJÉN

Tiembla tonante, ensordecedor, retumbante el ruido de la excavadora. Justo bajo mis pies, hueco, agujero para dar paso a conducciones de agua y electricidad. Hasta la casa tiembla, la mesa, los vasos. Todo tiembla. Espero que sólo sea hoy.
Ojén bulle en las mañanas, un deambular concreto de recados mayores y de recados menores. La tienda dé periódicos en la que entran y salen las gentes con su diario bajo el brazo. La farmacia y los jubilados haciendo cola para despachar sus recetas rojas. El ayuntamiento y las consultas que hacemos los empadronados y visitantes (amablemente atendidos por ¿Mari Paz?, dudo acerca de su nombre pero no acerca de su profesionalidad, siempre exquisita). Los bares repartiendo desayunos de cafés con nombres como sombra, mitad y tostada con aceite y tomate o ajo o catalán... La plaza que acoge a los hombres sentados que conversan y observan más airados, más amables, más discutidores, más conciliadores. El Colegio Público Los Llanos que recibe la algarabía de los niños en el recreo, alboroto y alboroto y alboroto de juegos y fútbol en miniatura. La cartera que carga su carro calle arriba y se insufla ánimos a sí misma con la mirada puesta en su objetivo matinal de reparto. Las mujeres y los hombres que descienden y ascienden por las cuestas ojenetas con la constancia r´timica del camino cansado conocido. ASí discurre Ojén en la mañana. Tranquilo, sosegado, despacioso, pero siempre activo en los quehaceres cotidianos.
La calle Rosal continúa con sus temblores excavadoriles. Espero, de verdad, que sólo sea hoy.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Qué acogedor el Ojén matutino!
No quiero ni compararla con mi mañana barakaldesa.
Creo que os espera un gorrión aquí y debe ser el que nos siguió desde Ojén.Ahora mismito lo estoy oyendo.
Casi casi bihar arte.Bien...

Anónimo dijo...

BIHAR ARTE