martes, 26 de junio de 2007

CUESTA ARRIBA

Enfilo el Paseo del Castillo. Bolso negro moteado de grises, dos chapas con la efigie de Mafalda, cargado con los periódicos del domingo (Esteban, que se encuentra mejor de ese cólico que le desgasta, me los guarda hasta que vaya a por ellos), la cámara de fotos, un cuaderno, el estuche, la funda dura de las gafas de sol... En fin, que pesaba algo más de la cuenta, de ahí mi sofoco y acaloramiento. Digo. Enfilo el paseo del Castillo, despacio, un pie y otro y otro... Y le veo. Viste de camisa rosa y pantalón gris claro, lleva las manos agarradas a la espalda. En los pies calzado cómodo, una especie popular entre los hombre de mayor edad (tela azul, con elásticos en la lengüeta, suela de goma blanca. flexibles, transpirables), gafas gruesas... Le alcanzo a itad d ela cuesta y le digo...
- Poquito a poco
- Poquito a poco y por la sombra que ahí arde. Y sonríe.
- Hasta luego...
- Hasta luego...
Le rebaso, goterones de sudor sobre mis sienes. Pienso en las ocasiones en las que este hombre habría de subir la cuesta antes incluso de que fuera calle. En los tiempos de agosto apretado en los que quizá lo hacía calado con un sombrero de paja, cargadas de productos del campo las alforjas de sus mula, con una cayado en la mano, picando la tierra del camino, apoyado, solemne... Quizá ahora suba del café y el pan con aceite o a de ver a sus nietos pequeños que ya no tienen escuela o del paseo matinal que el médico le aconsejó hace unos meses. Sube despacio y con la sombra de compañera. Con la sabiduría del que ha recorrido la calle hacia arriba muchas ocasiones.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

AQUI ESTOY EN OJEN. HOY ME TOCA SUFRIR EN MIS PROPIAS CARNES LAS CUESTAS DE ESTE PUEBLO, YA QUE VOY A DAR UN PASEO POR EL. YA OS CONTARE,JAJAJA!BESOS.

Anónimo dijo...

Si la subes unas cinco veces al día te vas a quedar como una sílfide.te voy a enseñar otro camino que da más vuelta pero es menos empinado.O igual no.Sufreeeee

Anónimo dijo...

No os quejeis tanto de las cuestas de Ojén, ahí es dónde está nuestro encanto, y además saludable, con lo bién que viene el ejercicio para el colesterol, je,je,je. Un saludo.
bg

Israel Olivera dijo...

Jajajajaja... Razón no te falta bg, corría un rumor ( o un chiste malo) acerca del trasero de l@s ojenet@s y las cuestas de la Villa, pero no será servidor quien lo reproduzca aquí, jajajaja!!