Bitácora y cuaderno de viaje y andanzas. La vivencia de Ojén y Marbella, atalayas sobre el Mediterráneo. Punto de encuentro y foro común para los amig@s que en la vida tenemos.
martes, 11 de septiembre de 2007
ESPEJISMO DE LLUVIA
Llovía anoche en Ojén y desde el suelo se elevaba el perfume hondo de la tierra mojada. Me recordaba a los plátanos y a los castaños de indias de mi barrio infantil, que olían dulce con la llegada de la lluvia. Provoca cierta sensación de irrealidad después del sol duro que angostaba aún más las esquinas de las calles. Parece que no está, que se evapora al sólo contacto con el suelo con el flissshsshsh de los tebeos. Aromatiza la lluvia todo lo que toca, reverdece las plantas decaídas, vigoriza los árboles asfixiados de calor, refresca la cal de las paredes incendiadas, estimula la piel de los hombres y asea la de los animales. Fue escasa y casi un espejismo, apenas hizo ruido al caer sobre los veluxes, pero asomado a la ventana disfruté de ese perfume evaporado que me trajo, de golpe, recuerdos de mi infancia... Eso sí, tras los pasajes evocadores llega luego la polvareda de lodazal que impregna los coches, las ventanas, los cristales... Así veo cómo una vecina se afana con la manguera sobre su terraza. En la mañana casi puedo asegurar que la lluvia de ayer noche fue, en efecto, sólo un espejismo.
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2 comentarios:
Ciertamente olía a menudo a tierra húmeda, y en el breve hueco seco al pie de los balcones fuimos desnudándonos de infancia mientras conversábamos sobre los volúmenes de nuestras amigas. Aquellos vapores de tierra pudieron ser el invernadero donde germinó la semilla de lo que somos ahora.
Jaja!! Hola, amigo!!
Cierto es que la lluvia nunca nos impidó rodar limpiamente al caernos del sanchesky por las calles de atrás y con el suelo empapado de lluvia, jaja!! Y valorar volúmenes incipientes, eso también lo hacíamos bien. Y Jugar a Draculín y... tantas cosas. Un abrazo!
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