GORA SAN DIONISIO AEROPAGITA!! GORA!!

Me recuerda Ojén en estos días al arranque de esa novela iniciática que es "Últimas tardes con Teresa". La escribió Juan Marsé en el 66 y contaba muchas cosas, tenía muchas lecturas, mostraba muchos niveles de significado. Literariamente aparte, la novela saluda al lector con la descripción de una verbena en la noche de San Juan barcelonesa. Allí habla de los sonidos, de las gurinaldas de colores que adornaban la calle, de los que las gentes hacían o escondían. En fin. Esta tarde un camión blanco y grande obstaculizaba la calle carretera. Tres operarios se afanaban en colocar una ristra de guirnaldas de farola a farola. No he podido distinguir el dibujo que formaban, pero sí captar el espíritu a feria que despedían. San Dionisio Aeropagita, ese santo cefalóforo, espera paciente en el interior de la Iglesia de la Encarnación. Espera que la Villa le rinda homenaje y en ese homenaje se entremezcle el baile y la fiesta. Así, la plaza se llenará de vecinos y visitantes cantando y bailando Paquito el Chocolatero y todos los greatest hits del verano y de las verbenas populares. L@s marbeller@s subirán, l@s coín@s y mondeñ@s bajarán y así discurrirá apenas una semana de feria, entre el bullanguerío, la parranda, la algarabía y el recogimiento (l@s poc@s). Quizá sería el momento de aunar espíritus y gritar en euskera... Gora San Dionisio Arropagita!! Gora!!