jueves, 17 de enero de 2008

HACIA UN BANCAL DE HUERTAS

Allí va. Con su traje marrón oscuro, desgastado, el pelo blanco, despeinado, con sus andares, lentos. Lleva acodado en el brazo el sempiterno cubo azul con el que recogerá huevos o pequeñas cosechas valoradas como tesoros. Tiene las piernas arqueadas y cada paso es un pequeño salto. Hombros anchos. Siempre le veo de espaldas cuando, en la mañana, me asomo a la ventana de la calle Rosal. Hoy caminaba de esa guisa entre los movimientos pendulares de una grúa, los focos intensos de las obras, y la algarabía en el primer desayuno de los albañiles. Ojén vive así, en esta contradicción, entre el crecimiento casi desaforado y un hombre que camina solo hacia un bancal de huertas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo en cambio le veo de frente. Cuando salgo de casa para ir a trabajar el señor ya viene de vuelta, con sus tesoros. Y me mira, y creo que es para cerciorarse de que le he visto y voy a tener cuidado al salir con el coche.

bezos

Anónimo dijo...

Según me he "informado" la palabra SEMPITERNO viene de la raíz latina semper (eterno) en la segunda declinación flexiva, y caso nominativo: sempitermus, a, um.

Para los que no sabían lo que significaba, como yo.

Besos.

Israel Olivera dijo...

Gracias por tu docta explicación, Daniel, a mí también me viene bien de vez en cuando que me aclaren mis propias palabras... Uno se pone a escribir y le sale todo como un torrente imparable sin reparar en lo que realmente aparece negro sobre blanco.

Anónimo dijo...

Cómo escribes,Israel.y hasta hacemos gustosamente el esfuerzo de buscar en el diccionario.O sea,que nos pones las pilas.Un abrazo.