El cielo es un mosaico. Un damasquinado perfecto, una pieza de taracea etérea y volátil. Así, los colores de la mañana se funden y cambian y mutan y modifican. Y el gris ceniza se transforma en azul turquesa y el lila suave en rabioso blanco. Conviven todos en una tirante armonía, en un puzzle delicado y sutil. Y el desplazamiento, con un soplo lento, que empuja los colores hacia la Sierra de las Nieves. Un jirón aquí, deshilachado, una nube allá, compacta. Y allí, arriba, un avión traza una línea blanquísima y perfecta, un corte inmaculado sobre el azul del firmamento que parece vaya a desfondarse por él.
Tomo café caliente. Y miro el cielo de Ojén.
4 comentarios:
Después de cuatro días sin acceso a la red de redes,saludo a todo el mundo.
Nos acabamos de pimplar unas morcillitas de puerro de la Feria Agrícola y de Artesanía y unos pimientos del piquillo con las "antxogillas" que Antonia compró en Castro.
Estamos en Fiestas de Sanvi,que como somos de Sanvi duran muchísimo.
Luego igual participo en el concurso de jotas con el chorro de voz y el ritmo que me caracteriza.
gero arte.
Que os aprovechen las morcillitas y los pimientos del piquillo y suerte en el concurso de jotas. Bg.
qué marcha tienes!
¡Qué precioso!
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