Hay un gato. Lo he visto. Está atrapado y no tiene rabo. Es blanco y negro.
Benja, en la mañana del miércoles aseguraba haber escuchado los maullidos de un gato ante la puerta de casa. Maullaba como un niño o lloraba como un gato. -¿Seguro?, le preguntamos. - Seguro, aseguraba él. Bien, ahí se quedo. Hoy, esta mediodía, en el momento en el que iba a introducir la llave en la cerradura del portal... Le he visto. La vecina que me acompañaba, también. No era una visión, ni una alucinación provocada por la inhalación de pintura. Era un gato. Me cuenta Benja que el otro día un vecino y una vecina le localizaron e intentaron ahuyentarle, pero el corazón se les partía y así, por lo visto hoy, le dejaron marchar... O se ha colado otra vez... La canción le viene que ni pintada, aunque el autor no se hace responsable de ella... Mi gato hace uyuyuyuyuyuy...
3 comentarios:
Pues a mi ,la verdad,pensar que se pueda colar un gato por los veluxes me da un yu-yu de no te menees.Ikusiko dugu.
Pero, ¿el gato está bien?
Ara:
No lo sabemos... Ni sabemos si aún permanece dentro de la escalera o no. Ayer noche ya no se le oyó, así que quizá haya escapado por el garaje o así...
Juana:
No te preocupes porque... NO anda por el tejado, jajajajajaja!!
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