Se ha ensuciado el cielo de jirones grises, un brochazo insólito de hebras desmadejadas lo cubre. El sol se ruboriza y, tímido, deja hacer a los nubarrones que se perfilan en los horizontes. Lloverá, auguran los profetas de los meteoros. Lloverá por la tarde, certifican en tono riguroso. Así esperaremos que llegue el riego natural de los campos que permite reverdecer las plantas y los caminos, que alfombra las cunetas de hierba fresca, que revitaliza los perejiles asomados al alféizar de nuestra ventana, el tomillo con olor a limón y a menta, la hierbabuena de hoja aterciopelada, la albahaca deshecha por efecto del sol... Se espigarán así los tallos de las flores y cobrarán el tono vivo, el color profundo, el aroma intenso....
Pues el mismo efecto que la lluvia deseada producen los comentarios y participaciones en Las Estaciones y Los Días, así que gracias a todos por regar esta maceta ojeneta todos los días... Ya somos.... Los 30.000 de Ojén...
5 comentarios:
Ay que bien! ahora tengo el olor de las plantitas en mi nariz. Pobre albahaca, a ver si conseguimos reanimarla. Por cierto, ¿por qué no cuentas un poco lo que hay el Sábado en Ojén?
bezos
Sentimos los efluvios de albahaca,tomillo,romero desde Barakaldo a pocos días de que tu presencia nos los traiga.Enhoraburna por aglutinar en tu blog a más de 30000 personas.
Un abracico de tu aitite.
Zorionak eta eskerrik asko!! (por el éxito y por lo que nos das).
Animo a todos los que entramos en el blog a participar en él.Seamos generosos con nosotros,blogueros, mismos. Todos podemos expresar al. No vale excusarse diciendo que Isra nos tiene "acojonaíllos" porque él lo hace muy bien.
Besis.
zorionak por el exito de tu blog, todos los dìas nos enteramos de algo nuevo y cada dia lo visitamos mas de una vez pronto, por las 50000visitas y lo celebraremos a lo grande
Orgullosísima de ser una de "los 30.000 de ojén". Me gusta el nombre, suena a tribu de otro planeta que viene a hacer algo importante, algo revelador, jeje. Por el momento tú nos salvas de la rutina y la planicie con tus idas y venidas de palabras, y sin nunca haber pisado Ojén, siento que ya estuve en ese lugar alguna vez.
Un abrazo!
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