martes, 26 de agosto de 2008

NO LLAMEA EL CALOR ENTRE LAS CALLES

Ha cambiado. El tiempo. En estos últimos diez días. Abandonamos un Ojén apretado de calores, sofocante y sudoroso, enfebrecido en sus tardes prolongadas y nos reencontramos con un Ojén en el que impera más la brisa que la sofoquina. Lo agradezco después de padecer en mi cuerpo el azote penoso de la permanente treintena de grados, de ver los espejismos dibujados en el filo de la carretera, de comprobar las plantas sedientas, mustias, asfixiadas bajo la inclemencia del sol. Aún hay tiempo, de sobra, para los arenales, y el calor persiste, pero es más llevadero, más dócil, parece como si el fin de agosto le hubiera embridado, adocenado para ser partícipe del verano y no espada incendiaria. Aprieta todavía, con justicia más que solvente, pero también es cierto que soplan las brisas, y que ayer, hoy, el aire acondicionado ha permanecido mudo. Tiro de botijo, me refresco el gaznate y pienso en este sur en el que me acomodo, en sus particularidades, en cómo los calores estivales han moldeado sus querencias, sus pasiones, sus perezas... En cómo las sabidurías populares trasnmitidas desde siglos hicieron las calles estrechas, las paredes blancas, las terrazas cuadradas y abiertas... Pienso en las sombras que proporcionan las esquinas, en el viento atrapado en el dédalo de las calles, en cómo el calor perdía, diariamente sus batallas de sofocos... Y pienso - No te quejes, siempre puedes volver a conectar el aire acondicionado...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pues hoy,aquí, en la playita se estaba muy bien aunque sin sol.Con una especie de resolillo.Temperatura del agua 21ºy temperatura ambiente 23º.La pena la casi permanente bandera roja de la playa de Muskiz.Había una resaca de mil demonios...besos atodos los blogeros.