domingo, 26 de octubre de 2008

TODO PARECÍA MEDITERRÁNEO

Dibujaban las nubes sus caprichos sobre un cielo tintado de azul intenso. Figuras y formas semejantes a las amórficas siluetas que se presentan en el test de Roschard.  Los jirones se desplazaban con un leve movimiento, acelerado por la brisa contiúna. Se pergeñaba así el cielo como un óleo inmenso y volátil, efímero. Allí, ahora, habían de atraparse las formas pintadas. De lo contrario se perdían. Todo parecía mediterráneo. Estoy tumbado sobre la cama, de través, con el velux abierto sobre mí. Son las cuatro de la tarde y el sol se cuela calórico e insolente por la ventana. 

1 comentario:

Anónimo dijo...

Egun on:aquí hace un día de invierno invierno:Llueve de alma.Voy acurrarrrrr.Bezos.gero arte.
juana