Un arco iris doble se dibujaba en el cielo. Y las nubes eran amarillas. Parecía un panorama pintado con el tono crepuscular del Monet más oscuro. Tormenta sobre el Cerro Ojenete, las gotas que caían como monedas sobre la uralita de los tejados, marcando en el suelo un diagrama de puntos incomprensible, un dibujo extraño y particular que cada vez quedaba más y más desdibujado hasta desaparecer. Los niños corrían con los cuadernos sobre la cabeza, una mujer se cubría con una bolsa de plástico y el abuelo, precavido, lucía un paragüas fucsia con dibujos de La Sirenita. Amarilleaba el cielo con un colro sucio de borrasca imprecisa, de tormenta en ebullición. Los colores del doble arco iris se recortaban contra la nubarrada más alta, contra el gris oscuro. Tan pronto como vino, cesó. Los niños dejaron de correr y comenzaron a saltar sobre los charcos.
3 comentarios:
Qué bueno lo del abuelo con un paraguas con dibujos de la Sirenita.
Otro cuadro,Israel.Me quedaré un ratito en él.Un abrazo.
Pintor de tecla fina
Muy bueno. Eres impresionista. Aunque a veces se te escapa la pincelada expresionista, sobre todo al pintar algún personaje.
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