miércoles, 15 de abril de 2009

LA PRIMAVERA, AQUÍ Y ALLÁ

Primavera enloquecida, orate de estación que sorprende en cada esquina con un ciclón de vientos y soles yuxtapuestos. Ora sol, ora lluvia, como un sorteo meteorológico que tiene como único fin buscar el desasosiego del viandante, incapaz de calibrar el tiempo que hará en el próximo instante. Así ha lucido el astro rey en pleno, con la dureza de los crudos veranos y ha arreciado la lluvia insolente con el desparpajo de los otoños. Tan pronto el calor obliga a despojarnos de los foluares como el frío insta a ponernos las gorras de fieltro. La primavera, enloquecida, despoja con sus rachas de viento de pétalos las margaritas, nos asfixia entre los penetrantes aromas de la dama de noche, nos atrona con sus lluvia simpenitentes y enrojece la piel con sus soles despampanantes. La primavera, orate. La primavera, lunática.

3 comentarios:

elba dijo...

Hoy podías haberlo puesto perfectamente en forma de poema (con la venia del autor).¿De dónde sacas esa retahíla de adjetivos tan sugerentes?.Nada,que contigo y tus escritos el encaje de bolillos no avanza.Agur,Israel

Juana dijo...

Pues aquí mas "ora" lluvia que "ora" sol.Ahora mismo ni fu ni fa.Un ligero solecillo y 17º.Gero arte.

Anónimo dijo...

Queremos más.Queremos más.Queremos más.