Escucho la radio apoyado en el alfeízar. Hace frío. Y la niebla desciende desde la montaña. Cubre las esquinas con su manto blanco, poco a poco, con sigilo. Una farola desaparece al fondo de la calle, dejando tras de sí un rastro de luz difusa. Avanza la niebla. Otra farola devorada. Asomado a la ventana contemplo como esa nada otoñal ocupa cada vez más espacio. Después, más tarde, en la noche cerrada y quieta, todo desaparecerá en su abrazo. Y saldrán los fantasmas.
Es otoño terciado en Ojén.
2 comentarios:
Lo veo.Lo estoy sintiendo ahora mismo.Pero el fantasma...yu-yu.
Gero arte,guapo.De alféizar barakaldés a alféizar ojeneto.
Mi Alan Poe favorito.
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