lunes, 3 de febrero de 2014

Economía sumergida

 

La Opinión de Málaga. Titular número dos: La economía sumergida en Málaga equivale ya el 28,6% delPIB

 

Ambos alarmantes titulares se escriben hoy a la luz del informe "La economía sumergida pasa factura. El avance del fraude en España durante la crisis", presentado ayer por los Técnicos del Ministerio de Hacienda.

Datos que ofrecen a las claras una mapa de corruptela menor que se extiende por todos y cada uno de los sectores económicos de la sociedad, siempre a la sombra de la estafa multimillonaria, de la extinta burbuja inmobiliaria, de la capitalización de las jubilaciones bancarias y de los jugosos productos financieros.

Los porcentajes, porcentajes son, pero cuando se traducen en miles de euros, las cifras son mareantes, porque ese 28,6% del PIB son 7.932 millones de euros los que rehuyen la lupa del fisco. Como digo, cifras astronómicas, desproporcionadas, casi pornográficas, pero ojo, depende con qué se comparen.

100.000 millones de euros. Es lo que el mecanismo de rescate europeo (MEDE) puso a disposición del Estado español para sanear el sector financiero

250.000 millones de euros. Casi una cuarta parte del PIB, de la economía nacional, se ha salido del sistema financiero a través de activos tóxicos y pérdidas.

23.500 millones de euros. Bankia recibió la principal inyección de capital de la historia, con un rescate multimillonario aprobado en mayo de 2012.

7.500 millones de euros. Se inyectaron en el Banco de Valencia para luego revenderlo a Caixabank.

53.000 millones de euros. Los contribuyentes han respondido por ahora con esa cantidad por el rescate financiero, incluidos los del rescate que están avalados con deuda pública.

600.000 euros. Es el sueldo máximo que puede cobrar un ejecutivo de una entidad financiera que haya recibido ayudas.

Todos estos datos, extraídos de una información publicada en Eldiario.es muestran que la economía sumergida registrada en la provincia de Málaga es solo un menudeo.

Menudeo que ante la desolación de las economías domésticas, arrasadas por la crisis, asoladas por los vientos de la especulación, parece un mal menor comprensible, aceptable por todos.


Pero ojo no confundamos lo coyuntural con lo estructural, porque si es así ya deberíamos empezar a hablar de justos y de pecadores.

SER MARBELLA Costa del Sol, La Firma de los Jueves
30/ENE/2014

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