OJEANDO Festival era una idea de locos, pero ha resultado una buena idea. Una magnífica idea.
Trasladar la independencia y vanguardia musical de la escena nacional a un típico pueblo blanco andaluz. Calles estrechas y sinuosas, ventanas enrejadas, macetas coloridas de gitanillas y flores. Gafaspastas, amplificadores, guitarras contundentes, sonidos de batería, letras imposibles.
Buscar en la complementaridad y el contraste entre ambos mundos un lugar común en el que desarrollar una propuesta musical. Una propuesta cultural. Con esta idea en la cabeza y la ingenuidad de lo voluntario se puso en marcha en 2008 la primera edición indie de OJEANDO Festival.
La propuesta se consolidó como el trabajo de una hormiga. Poco a poco, sin estridencias, paso a paso. OJEANDO Festival cogió músculo, creció. Aquella locura se transformó en una cita imprescindible en Andalucía con las mejores bandas y solistas del panorama musical independiente español. OJEANDOFestival se convirtió en una marca.
15.000 personas reunidas en un fin de semana. Dos años colgando el cartel de Sold Out, NO hay billetes. Una apuesta clara. Una apuesta decidida. Una apuesta firme. Una iniciativa pública.
OJEANDO Festival triunfó contra todo pronóstico, contra los agoreros propios y extraños. Y la locura de 2008 se transformó en una realidad en 2012 cuando se colgó por primera vez el cartel de No hay Billetes y se ratificó cuando en 2013 se volvió a colgar.
Una vez testeada la idea, comprobada que la locura funciona, que existe un público que responde en la provincia y más allá, a rebufo de OJEANDO surge la competencia y contraprogramación brutal de la iniciativa privada.
Pero OJEANDO Festival es único porque Ojén es único.
OJEANDO Festival es único por dónde se hace, por convertir las plazas y calles de un municipio serrano en un escenario abierto a la música independiente.
OJEANDO Festival es único por quiénes son los que lo hacen. Vecinos y vecinas de Ojén, armados de voluntad inquebrantable, de voluntarismo sin límites, de tesón indestructible.
OJEANDO Festival es único por cómo se hace. Cociéndose a fuego lento en los bajos de un garaje en Ojén.
Todo esto lo sé porque yo estuve allí. Porque estoy aquí. Acompañando a un grupo de locos que un día decidieron apostar por lo diferente y pintar de color las calles blancas de su municipio.
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