martes, 27 de marzo de 2007

INSOMNIO, MALOS VERSOS, EN OJÉN

Entra la primavera y, con ella, la lluvia.
Los vidrios empapados por goterones.
El frío arremolinándose en las esquinas, agazapado, dispuesto a sorprender al transeúnte despistado.
El cielo se pinta de grises maduros, perfilados en negro para la mañana de martes.
Las nubes hinchadas asemejan ubres dispuestas a amamantar.
Los pájaros pían desafiantes a la incipiente mañana uno, dos, tres, cinco diez.
Las farolas lucen mustias como vestigios de la noche que se va.
El empedrado de las calles relumbra entre brillos como las escamas de un pez.
Los coches barren de luces las calles altas y se desperezan como animales tibios...




Esta noche de insomnio me sitúa entre el desvelado que tirita y el pésimo poeta. Que vengan el sueño y el sol, el café cerrero y el fallecimiento de los despertadores. Sigo en Ojén y, es verdad, llueve y refresca.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

nosotros seguimos tambièn en barakaldo y tambièn hace fresco y lluvia,pero no me importa porque asì es mi pueblo de toda la vida, que casi se nos habìa olvidado.

Anónimo dijo...

ahora que recuerdo ya has pasado de las 5000 visitas a tu glog,igual te dan un premio, como decia el otro dìa un colega tuyo.

Israel Olivera dijo...

Casi se nos había olvidado qur en Euskadi llovía y llovía y llovía, que era más clásico, típico y normal el sirimiri que la nieve, los 12ºc que los 3 ó 4 de estos días pasados... ¿Serán ciertos los agoreros del cambio climático? A mí también me gusta Barakaldo como es, el viejo con sus fábricas y el nuevo con sus edificios y sus parques, pero todo calado con el suave, lento y despiadado sirimiri... Un abrazo, anónimo!!