viernes, 4 de julio de 2008

ANTES DEL SOL

Y arreció un brisa fresca, se escondió bajo los alares y tras la vuelta de las esquinas. Era el sofocante, cálido y tibio, viento nocturno que con la llegada de la amanecida enfrío su carácter desértico. Tras la noche de sofocos y sudores llega este soplo de alivio, este hálito de frescores veraniegos cargados de perfume. Durará lo que dure el sol semiescondido, después el astro rey se impondrá sobre todas las cosas y asfixiará el romero de nuestra ventana. Mientras, me acodo en el alféizar y miro calle rosal arriba. Dejo a la brisa aliviarme de la canícula nocturna, que me recorra la espalda hasta el estremecimiento. Son estos minutos los alivios del verano, la tregua que nos ofrece el estío, un instante de placidez antes del estallido de la primera densa mañana. Abro la nevera y me pongo un té helado. Me asomo, de nuevo, a la ventana y pienso que este es uno d elos mejores momentos del día.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

pues aquí estamos ahora a 29º y a pesar de ELLO nos vamos a La Arboleda de alubiada.Gero arte.

Anónimo dijo...

Mi mejor momento es cuando vuelvo a casa...

bezos

Israel Olivera dijo...

Y digo uno de los mejores, porque, sin duda, el mejor es cuando... vuelves a casa...