sábado, 23 de agosto de 2008

¡¡VIVAN LOS PUNKIS!!

Los jolgorios de la Aste Nagusia son tan variopintos como sus celebrantes. Así se puede encontrar uno con la mejor de las liturgias de punk rock ochentero aderezada con las melodías de Jesucristo Superstar y rematada con el himno de la extinta Unión Soviética, cóctel explosivo regado por un incontenible sirimiri de pura cepa bilbaína. Esta misa ácrata se perpetró el jueves a la sombra del Museo Guggenheim de Bilbao y como maestro de ceremonias ofició un Julián Hernández (cantante y alma pater de Siniestro Total) verborréico, surrealista y desproporcionado. Así los viejos rockeros con patas de gallo ribeteando sus ojos pudieron confundirse con la muchachda festivalera que coreaba a gritos los himnos de otra generación... Punkis mojados hasta el tuétano formaban pogos inofensivos muy alejados de la primera fila del escenario, veteranos del rock sonreían ante la parafernalia del concierto pasado por agua, curiosos miraban con pies de puntillas al encorbatado Herenández sobre el escenario y otros hacíamos lo que podíamos... Sin suda uno de los mometos estelares de la noche fue el observar a los punkis redivivos corear la melodía de Jesucristo Superestar, para, sin solución de continuidad gritar a voz en cuello aquel hit de Ayatollah no me toques la pirola y, del mismo modo, levantar puño al cielo de Bilbao para tararear el himno soviético... En fin, todo surrealismo auspiciado por el Guggenheim que precisamenet estos días, en sus entrañas muestra la exposición Objetos del Surrealismo... Vayan aquí estas tres perlas sonoras para que comprobeís la mezcolanza...





2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mu fuerte todo. ¡¡¡ no puedo con tanto !!!. Se le olvidó mencionar los bocatas de chorizo a la sidra y los katxis de cerveza... y... el salvador paraguas de la niña Esti.

bezos

david dijo...

sirimiri... gordo!

y nos quedamos con la duda de si había más surrealismo dentro del museo o fuera de él.

julián, pelín pesado por momentos.

y tras mi crónica del concierto, je, je...

un abrazo a todos los que estuvimos allí, y a los que no puidieron estar.