jueves, 20 de febrero de 2014

Málaga, interior

Devorado por el éxito de la Costa, fagotizador e insaciable, numéricamente desproporcionado, urbanísticamente desolador el interior de la provincia de Málaga ha sido siempre un hermanito pobre que ha subsistido más a base de tesón e ingenio que de promoción y propaganda.

Este olvido, consciente o inconsciente, alimentado al calor del boom turístico de los años setenta y de la especulación urbanística en los años noventa, no ha permitido al interior de la provincia de Málaga desarrollar una infraestructura potente para desarrollar su enorme potencial.  

Insólito interior, pujante, de paisaje abrupto y vital.

 Interior de experiencias, de autenticidad inquebrantable, de senderos y recia gastronomía.

Interior luminoso en sus cumbres imposibles y fresco en sus valles húmedos.

Interior de antiguo, de muy antiguo, de pasado intenso e historia arrebatadora.

El valle del Genal y la naturaleza aún sin domesticar, que se dora en otoño al ocaso de los castaños.

La Comarca del Guadalteba, con la tierra empapada de sangre y de historia, donde se ubican los primeros malagueños y donde la reconquista tuvo sus más cruentas batallas.

La Axarquía encaramada entre barrancos, encalada, rabiosamente blanca y perfumada de pasas.

Nororma al norte, entre olivos y tajos imprevistos y ríos de caudal insólito.

El Guadalhorce y su huerta fragante y extensa, perfumada de azahar en primavera.

Interior. Comarcas y paisajes tan alejados de la embrumada Costa.

Y Sierra de las Nieves, que da aliento a la Marbella cosmopolita, pulmón y refresco, que permite reposar en sus cumbres a las nubes de tormenta, que acuna las tempestades con recia determinación. Sierra de las Nieves que abre su mundo de historia y naturaleza aún asilvestrada, surcada de senderos, alimentada de productos auténticos, de gastronomía contundente. Sierra de las Nieves, tan lejos, tan cerca.

Lo reivindico porque en ella resido, porque he disfrutado en el interior de la provincia y en sus pueblos como vecino y como periodista, porque entiendo que hay una sinergia inevitable entre la costa y el interior que debe reforzarse, porque la Costa, que todo lo devora es solo un hermano mayor rebelde e incorregible al que el interior mira siempre con cierto recelo desde al amor de su experiencia, de su historia.

Si no se conoce el interior de la provincia de Málaga, se desconoce su esencia, se desconoce su alma. Se desconoce Málaga.



1 comentario:

Latorre dijo...

Solo los que patean la tierra la aman, esten donde esten, lo sean o no lo sean.
Saludos del Norte