Qué liviana es la lealtad en la corrupción y en la política.
Más liviana aún en la corrupción política.
Los amigos se olvidan. Las amistades se lapidan. Los años de
convivencia fraternal exhalan en un suspiro. Las horas de trabajo codo a
codo, los viajes de exploración
interminables, las esperas en despachos, las reuniones de tensa cordialidad,
las comidas a golpe de talonario público, las coderas para aparecer en la
foto. Eso que hace que la convivencia se
transforme en connivencia desaparece, se volatiliza en un ay, cuando el amigo
del alma, la compañera inquebrantable transforma su condición de ciudadano
corriente en imputado o en imputada.
Entonces aquella
amistad no era tan intensa, tan íntima, tan profunda. Y aquellas horas de
trabajo no fueron tantas, ni los viajes de exploración tan largos ni
habituales, ni las reuniones, ni las esperas, ni las comidas a golpe de
talonario tan frecuentes. Todo con el afán de que a nadie se le asocie con el
marcado, con el presuntamente corrupto, con el anegado por el lodo, con el
apestado.
Se esfuma el pasado
con la intención de modificar el futuro y acallar el presente. No es nuevo,
George Orwell ya lo planteaba en la novela 1984.
Pero además, esta casta política pretende jugar con la
memoria del pueblo, de sus votantes, de sus simpatizantes, de la tan en boca de
todos siempre Opinión Pública. Jugar con la memoria para hacernos creer que
aquella foto de ambos sonriendo y abrazados por el hombro en la época de vacas
gordas nunca existió. Que como diría el afamado mago, aquella foto, sólo fue
producto de nuestra imaginación.
El organigrama tiembla un tanto, algunos miran hacia atrás
con más inquietud que otros con la intención de borrar aquellas huellas de
amistad para siempre, pero la vida sigue.
Borramos a nuestro compañero, a nuestro amigo, primero de
las fotos, luego de la ecuación y por último de la memoria.
Que le pregunten ahora a Magdalena Álvarez, ex ministra de
Fomento, ex consejera andaluza de Economía y Hacienda, dónde están sus amigos
después de que la jueza Alaya le haya impuesto una fianza civil de casi 30
millones de euros por el caso de los ERE.
O al hasta hace dos días alcalde de Sedella, José Antonio
Gutiérrez, denunciado ante la Fiscalía de Málaga. O al exconsejero de la
Junta Martín Delgado. O al también
exconsejero, pero de la Generalitat Valenciana, Miguel Peralta. Por nombrar casos de las últimas 48 horas.
¿Dónde están mis amigos? La respuesta es sólo un desierto. O
un abogado.
SER MARBELLA Costa del Sol, La Firma de los jueves
13/03/2014
Música: Extremoduro "Pepe Botika ¿Dónde están mis amigos?
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