viernes, 7 de marzo de 2014

La seño "Juani"

Fue socialista cuando apenas nadie lo era, agazapada en la casi clandestinidad de las primeras reuniones prohibidas de una democracia tardofranquista en pañales. Resultó su visión del mundo tan progresista y fuera de organigramas partidistas que abandonó el futuro brillante que la política le auguraba para continuar con su lucha cotidiana. Esa que se fragua en el quehacer de cada día.

Siempre lideró desde su posición de educadora la bandera de la igualdad, del equilibrio, de la justicia y de la razón que no entiende de géneros. Dejó esa semilla, esa impronta de dignidad social en todos y cada uno de sus alumnos, que con los años también se convertirían en alumnas, en un ejemplo de avance de la educación no sexista.

Nunca tuvo púlpito, ni tarima, ni podio desde el que arengar, de ahí que su mensaje de ejemplo diario marcara tanto a unos y a otras.

Primera en sujetar la pancarta de la igualdad, de la reivindicación, de la lucha por la justicia y la dignidad social en todos y cada uno de los ámbitos de la vida. Lideró con su ejemplo nada acomodaticio las huelgas en pro de una educación mejor, de la dignidad del trabajo del maestro y de la maestra. También en contra del terror. Y También en contra del terror doméstico.

Se crió, antes de todo esto, en el final de la posguerra, alimentada con leche de burra y con las puertas de las sociedad cerradas para optar a una licenciatura acorde con sus capacidades intelectuales. Desde la ventana de su casa en el barrio de La Cábila de Barakaldo veía el pálpito de los altos hornos de Vizcaya. Con un padre alentador y una madre amorosa escogió con apenas 16 años enseñar a los demás las cosas de los libros y las cosas de la vida. Aprendió pronto, y muy joven, que el peso de su tesón, de su trabajo y de su conocimiento serían los que le iban a arropar en su vida y no cejó en el empeño.

En una cuenta  a ojo y tras más de 40 años de enseñanza, casi 1.500 alumnos y alumnas escucharon su lección de matemáticas y de lengua y de historia y de euskera y de literatura y de vida. Siempre sin dogmas, sin axiomas, sólo con la voz de la sugerencia que debe ser el germen de la justicia.

Esta semana, 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer. Se vestirá de morado y saldrá a la calle sin soflamas políticas, sin lemas, sólo con su ejemplo. Ejemplo de vida. Ejemplo de madre.


Se llama Juana. Se llama la seño "Juani". 

SER MARBELLA Costa del Sol, La Firma de los jueves
06/MAR/2014

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